Actores famosos con implantes de pelo
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Desde esta montaña donde se encuentra la Meca de los sueños les doy la bienvenida a una nueva entrega de historias de Hollywood. Aquí, en Los Ángeles, siempre se nos ha vendido una imagen de los actores como estrellas llenas de glamour. Una imagen que muchas veces no se corresponde con la realidad. Y es que los famosos también sufren el paso de la edad, ya sea en forma de barriguita cervecera, en forma de horrorosas deformaciones faciales o, en el caso que hoy nos ocupa, el de esos actores que se niegan a que el paso del tiempo haga mella en sus cabelleras. Y si hace mella ellos lo disimulan con cutre-peluquines o injertos de pelo con resultados nefastos.

Artículo «patrocinado» por Pierluigi Collina

Cuenta una leyenda, cierta o no, que hace unos años, mientras celebraba en su casa una fiesta del copón por el exitazo de su ultima película, a Ben Affleck le salió volando el peluquín en pleno éxtasis etílico. Y todo mientras hacia el pino-puente junto a su amigo Vince Vaughn ante una muchedumbre exaltada. También rula por ahí una historia que, a principios de los 90, Bruce Willis paralizó el rodaje de un film, y guardó bajo llave todas las imágenes de la cinta, porque no estaba para nada contento de la forma en como se estaba filmando su pelo.

Otros aspectos curiosos son los que envuelven a Steven Seagal. Ya en los 80 empezaba a evidenciar entradas y calvicie adelantada. Luego se hizo ese recogido tan característico suyo y se empezó a pintar el cuero cabelludo con rotríng negro. Sin embargo, antes de eso, se dejó cortar la coleta por un cheque el doble de jugoso de lo habitual. Para que luego digan que el dinero no lo es todo en la vida.

También cabe citar al ya fallecido Burt Reynolds, aquel ex atleta que, de la noche a la mañana, se metió a actor luciendo pelo en pecho (y espalda) y postizo cantador. Así hasta que su peluquero personal hizo público que Burt le debía casi un millón de dólares en postizos. Entonces al mítico actor no le quedó más remedio que admitir que sólo la pelambrera que le subía por el cuello era real.

A continuación una pequeña lista, sin orden ninguno, de actores que han usado o usan peluquín en sus films y/o vida cotidiana: Humphrey Bogart, Clark Gable, Tony LeBlanc, James Caan, Rock Hudson, Jack Nicholson, Billy Bob Thorthon, Kevin Spacey, James Belushi, Samuel L. Jackson, Fernando Rey, Laurence Olivier, Michael Caine, Michael Keaton, Burt Lancaster, Charlton Heston, Tommy Lee Jones, Ted Danson, Woody Harrelson, Marlon Brando, Robert Duvall, Vin Diesel, The Rock, Ving Rhames, Bruce Willis, Ray Liotta, Joe Pesci, Mel Gibson, Ed Harris, William Hurt, Gregg Henry, John Cazale, Chevy Chase, Steve Martin, Peter Stormare, Jean Reno, Jeremy Piven, Sean Connery, Quentin Tarantino, Kevin Pollack, John Malcovich, Jon Lovitz, Warren Beatty, Paul Sorvino, Danny Glover, Cheech Marin, Richard Dreyfuss, Geofrey Lewis, Brion James y Wesley Snipes.

Y es que en esto de cubrirse la cabeza en Hollywood existe una competición secreta para el resto de mortales. En mi caso, y como «corresponsal» en Los Ángeles para Cineycine, he tenido acceso. En el siguiente párrafo os dejo el top 3.

3º.-Nicolas Cage: Peluquines de todo a 100.
El caso de Cage es uno de los más curiosos. Resulta que hace unos 15 años era uno de los actores con más futuro en la industria del cine. Había huido del apellido de la familia (es sobrino de Francis Ford Coppola) para labrarse él sólo una carrera en condiciones. Y lo logró, a pesar de todo lo friki que es, y de esos ojos de triste que tiene. Incluso llegué a admirarle por algunos de sus films. Pero a Nic se le cruzaron los cables.

Cage veía que perdía pelo de forma sistemática y, por ello, en sus cintas se guardaba cláusulas en las que si no le gustaba la forma en que había sido filmada su cabellera podía quitar de en medio la escenita en cuestión. Así que Cage optó por la vía rápida del peluquín. Empezó con postizos que no daban el cante en largometrajes como Asesinato en 8 mm o Los impostores’. De ahí un buen día se dijo a si mismo que era hora de imitar a su adorado Elvis Presley. Fue entonces cuando empezó la fiesta y la mofa a su costa. Y de paso coincidió con su caída en picado en cuanto a la calidad de los proyectos en que se embarcaba como ejemplo la sacacuartos de Next’.

2º.-Matthew McConaughey: Cutre-injertos.
Pues sí, el protagonista de famosas y reconocidas películas ha sufrido una involución curiosa en sus cabellos. Resulta que en cintas como Tiempo de matar’ se peinaba con cuidado de no dejar clareas. Mientras tanto, y cuando no rodaba, se dejaba ver con sombrero o pañuelo. ¿La razón? Más que pelo lo que tenía era pelusilla. Resulta que Matthew gasta parte de sus dineros en no quedarse pelón.

1º.-John Travolta: Peluquines que “crecen” solos.
Qué decir de un actor que se hizo famoso por cantar fatal, tener un agujero del culo en la barbilla y hacer de chulo una vez sí y otra también. Qué decir también de su extraña filmografía dividida claramente en dos partes. La primera sería la Pre-Tarantino, esa época en la que el bueno de John estaba encasillado en papeles de bailarín y/o cutrecomedias familiares. Y la segunda sería la Post-Tarantino ya sumido en el rol de malo-maloso con toques europeos y sofisticados.

Por el transitar de ambas etapas perdió su preciado pelo. Entonces se dijo algo así como: «con los injertos no me llega pues me endiño unas postizos, y los voy cambiando según me dé». Lo malo del asunto, si es que quieres mantenerlo en secreto, es que Travolta solía dejarse ver con diferentes cortes de pelo en pocos intervalos de tiempo. Algunos ejemplos serían aparecer en los Oscars con el pelo a ras y luego en una premiere con media melena a la semana siguiente. Así fue como se acabó descubriendo su engaño. ¡Qué se le va a hacer!

Para terminar, una retahíla de fotos de celebridades con sus vergüenzas capilares al aire. Entre ellos Huhg Laurie, Jude Law, Brendan Fraser, Kevin Costner y Mel Gibson. Y esto ha sido todo por hoy desde Hollywood Boulevard. Un saludo desde Los Ángeles, con una taza de café fría y rancia en la mesa y un cigarrillo quemándome la yema de los dedos en mi mano izquierda. La vida del escritor taciturno es lo que tiene…

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