300: El origen de un imperio
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Zack Snyder, en labores de guionista y productor, y siete años después de haber llevado a la gran pantalla una de las obras más espectaculares de Frank Miller, sacó de nuevo adelante la secuela de la obra original del autor. Al timón puso a Noam Murro, dispuesto a derramar más sangre, sudor y rock ‘n roll entre griegos y persas. Esta vez enfrentados en la mar. Allí, sólo los atenienses, un puñado de barcos y un mar de sangre de héroes podrán salvar a Grecia. Esto es… ‘300: El origen de un imperio’.

«¡Que sepan que moriremos de pie antes que vivir de rodillas!» (Temístocles)

Crítica de 300: El origen de un imperio

Tenía mis dudas sobre esta «secuela» de 300 (2006). Dudas claramente inducidas por el hecho de que la cinta de Zack Snyder no tenía la necesidad de esta nueva película. Se trataba de un film visualmente potente, violento como pocos y con una enorme cantidad de frases lapidarias. Todo eso y más la elevaron al status de “película de culto”. Personalmente, me avergüenzo de no haber podido visionarla en cines en su momento. No obstante, pude recuperarla en DVD y disfruté como pocas veces lo he hecho y con ganas de revisionarla una y otra vez. ‘300’ no fue un film realizado con pretensiones de “abrazar la gloria”. Sin embargo, se la ganó a pulso… y su director, también.

Siete años pasaron desde aquella brutal cinta. Y, como he expuesto, mis expectativas eran nulas o escasas cuando se proyectó ‘300: El origen de un imperio’. A pesar de esto, no tengo reparos, después de haberla visto (imprescindible en pantalla grande y 3D), en afirmar que esta fue una de las cintas más disfrutables del 2014.

Esta nueva película de los gloriosos griegos destaca en varios puntos. En primer lugar por su enorme ritmo. También por sus espectaculares (y sangrientos) combates. Y, finalmente, por el enorme catálogo de frases «sentenciaras» que escupen los personajes protagonistas. Algunas de ellas para el recuerdo del espectador más deseoso de sangre, sexo, sudor y mucho rock n’ roll… Es cierto que ‘300: El origen de un imperio’ no aporta nada «nuevo», sin embargo, sigue acertadamente el camino de su antecesora. De esta forma, consigue convertirse en una verdadera gloria visual y una orgía espectacular.

Uno de mis principales temores era el director de la película: Noam Murro, un recién llegado que tan sólo tenía una película en su filmografía (estuvo a punto de dirigir la quinta entrega de las aventuras de John McClane). Sin embargo, Murro se luce con una dirección igual de potente que la de Zack Snyder. Además, ofrece algunas set-pieces de infarto puro y duro mostrando combates nítidos, brutalmente filmados y con grandes dosis de violencia. Violencia como pocas veces hemos visto en el cine, ya que actualmente predomina más cierta “suavidad”. Esto último es algo que el presente film fulmina de un plumazo en sus cuatro primeros minutos con una espectacular set-piece de «la batalla de Maratón», simplemente maravillosa. También destaca la genial fotografía y la agresiva BSO de Junkie XL que se adaptan fenomenalmente bien al film. Geniales ambas.

Por otra parte, me sorprende que esta cinta funcione a tres niveles. Me explico: es una precuela (puesto que el prólogo del film es un flashback puro y duro sobre el origen del Dios-Rey Jerjes). En segundo lugar transcurre al mismo tiempo que su antecesora. Y, finalmente, también es secuela de la misma haciendo una muy notable fusión con el film estrenado en 2007. Con todo esto se consigue que ambas películas formen un gran díptico.

Siguiendo con los múltiples aspectos positivos, cabe destacar ahora el reparto de actores que resulta muy competente. Destacando sobre todos ellos: Sullivan Stanpleton y Eva Green, en los respectivos papeles de Temístocles y Artemisia. Además de un Rodrigo Santoro quien nuevamente se lo pasa pipa interpretando al egocéntrico Jerjes. Sin olvidarnos tampoco de la agradecida presencia de Lena Headey retomando su personaje de la reina Gorgo.

Y llegando al final de esta review no podemos pasar por alto el aspecto visual del film. Un aspecto glorioso y magnífico. El público debe estar dispuesto a meterse en un torbellino de sangre, zooms, slow-motion a casporro y cromas a mansalva. Así pues, Murro es fiel a lo que hizo Snyder en su momento. Fiel a los extravagantes conceptos visuales que filmó el realizador siete años atrás. De hecho, el 3D resulta ser un excelente aliciente, ya que otorga al espectador la enorme posibilidad de vivir las secuencias de acción desde dentro. Destacan especialmente aquellas en que Murro coloca a los actores en primer plano para lograr que resalten sobre el fondo. Además de las escenas de acción donde los sucesivos salpicones de sangre, agua y demás elementos dotan a la cinta de un enorme alarde visual que obligaba a verla en 3D.

«Luchas mejor que follas» (Artemisia)

En conclusión.
Termino esta crítica de 300: El origen de un imperio, una propuesta que se convierte en una notoria cinta de entretenimiento puro y duro. Si te gustó lo que viste en300’, no lo dudes ¡¡esta es tu película!! En caso contrario, siempre puedes ver otra cosa…

Tráiler de 300: El origen de un imperio

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